En 1929 el mandato presidencial de Miguel Abadía Méndez cayó en crisis, luego de que en el año anterior ocurriera la histórica matanza conocida como “La masacre de las bananeras”, hecho que perturbó al país y que se recuerda hasta el día de hoy.
La masacre de las bananeras fue un exterminio de trabajadores de la United Fruit Company que se produjo el 5 y 6 de diciembre de 1928 en Ciénaga, Magdalena. El gobierno de Miguel Abadía Méndez autorizó el envío del ejército nacional para poner fin a la huelga que estaban realizando los trabajadores en búsqueda de un trato laboral digno. El ejército, utilizando su armamento, disparó contra los manifestantes, dejando un número de muertos aún desconocido.
Miles de estudiantes estaban marchando y exigiendo el castigo al gobierno por la masacre sucedida el año anterior. Cuando la manifestación se acercaba al palacio de justicia fueron confrontados por el batallón guardia presidencial, lo cual hizo que parte de los manifestantes se dispersaran.
En ese grupo de estudiantes que se estaban alejando de las confrontaciones se encontraba el estudiante de derecho de la Universidad Nacional de Colombia, Gonzalo Bravo Pérez, que se dirigía al café capitolio. Minutos después de la respuesta violenta de los uniformados, Bravo fue alcanzado por una bala de los militares, que se incrustó en su espalda causándole una herida mortal.
Miles de estudiantes y personas que se solidarizaron con el asesinato asistieron al entierro de Bravo al día siguiente, quien es recordado como el primer mártir estudiantil colombiano. Esta tragedia se convirtió en un ejemplo de la unidad civil en contra del régimen casi autoritario de la época, que fue derrocado en 1930.
En conmemoración del asesinato de Bravo Pérez se comenzó a celebrar el día del estudiante cada 8 de Junio, pero otro asesinato de un estudiante por parte de la fuerza pública se vería en años siguientes.
El 8 de Junio de 1954 Los estudiantes de la Universidad Nacional realizaron una manifestación pacífica recordando a su compañero caído veinticinco años antes y protestando por el terrorismo estatal de la dictadura del General Gustavo Rojas Pinilla.
Estaba programada una marcha desde la ciudad universitaria hasta el cementerio central. Durante el recorrido los estudiantes tuvieron choques con la policía, pero la actividad culminó con éxito. En horas posteriores, luego de que los estudiantes volvieran a los recintos de la universidad, se generó un enfrentamiento entre la policía y los estudiantes dentro del campus universitario que dejó como saldo un estudiante muerto. Uriel Gutierrez Restrepo se convertía en una víctima más de la violencia de la fuerza pública. Al día siguiente, 9 de junio, estudiantes de diferentes universidades de la ciudad, salieron a protestar por los
inaceptables hechos que habían ocurrido el día anterior. La marcha se dirigía por la carrera séptima hacia el palacio Presidencial, pero al llegar a la calle 13 fueron sorprendidos por un grupo de soldados del Batallón Colombia que acababan de llegar de la Guerra de Corea. Allí fueron atacados por los uniformados, dejando un saldo de más de una decena de muertos y otras más de heridos. En conmemoración de este hecho se realizó una placa pública con los nombres de los estudiantes asesinados.